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Consejos para controla la tiroides

Más allá de poder seguir un tratamiento, siempre bajo la supervisión de un profesional de la endocrinología, es posible incidir sobre el correcto funcionamiento del tiroides mediante una correcta alimentación.

Es importante cuidar el aporte de yodo durante toda la vida, pero sobre todo durante el embarazo, la lactancia y la niñez.

Además, es conveniente reducir o evitar los alimentos «bociógenos» que son aquellos que producen bocio (agrandamiento de la glándula tiroides). En este grupo se engloban alimentos como la soja, el brócoli o la coliflor.

Sumando a todo esto, evitar el tabaco también ayuda a nuestra causa, ya que el humo del mismo contiene sustancias bociógenas que aumentan el riesgo de enfermedades tiroideas autoinmunes.

Teniento en cuenta lo anterior, hay una serie de acciones que podemos realizar para procurar un buen desarrollo de las funciones de la glándula tiroides

Consumir yodo. Al ser el elemento que regula la energía del cuerpo y el crecimiento, es indispensable incluirlo en la dieta. Las fuentes más ricas en yodo son los mariscos, los pescados de mar y las algas.

Tomar lácteos. Los problemas con la tiroides tienden a debilitar los huesos. Consumir leche, yogur y queso es una manera fácil de fortalecerlos.

Tomar té. Las infusiones de té verde y bálsamo de limón son ricas en antioxidantes que ayudan a calmar la hiperactividad de la tiroides.

Hacer ejercicio. Para controlar la velocidad de actividad de la tiroides es indispensable hacer ejercicio todos los días, ya que ayuda a que el metabolismo se regule y encuentre un punto de equilibrio. Un mínimo de 30 minutos de ejercicio cardiovascular cumle la tarera.

Evitar los estimulantes. El trago, el tabaco y la cafeína tienden a inflamar la glándula tiroidea ya que aceleran el metabolismo y hacen que funcione más de lo debido.

Dormir bien. El cansancio y el insomnio debilitan la glándula tiroidea ya que, por sobrecarga de trabajo, quema reservas de energía y gasta más yodo.

Controlar la soya. Dentro de los principios nutritivos de la soya se encuentran los fitoestrógenos, los cuales, aunque ayudan a reducir el colesterol, interfieren con el funcionamiento de la glándula tiroidea porque evitan la fijación de yodod en el organismo.

Más allá de todo lo expuesto, recomendamos realizar un control de función tiroidea en caso de padecer algno de sus síntomas, especialmente en el embarazo o si existen antecedentes personales o familiares de enfermedades tiroideas. Además, gracias a estos controles podemos detectar enfermedades tiroideas subclínicas e incidir sobre ellas al principio.