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Consejos para convivir con la Diabetes

1. Aliméntate equilibradamente.

Una nutrición saludable y variada, gracias al intercambio de alimentos, es necesaria para el control y tratamiento de esta dolencia, pero debe ser única y personalizada para cada paciente. Los alimentos ricos en fibra como pan integral, fruta natural con piel, y verduras frescas o cocidas son muy aconsejables, pues la fibra no se digiere, y enlentece el paso de la comida a través del estómago e intestino, disminuyendo la absorción de hidratos de carbono (azúcares). Por su parte, las proteínas, que podemos encontrar en carnes, pescados, huevos, queso o leche, son necesarias para el crecimiento del cuerpo y la reparación de los tejidos. Por último, hay que moderar el consumo de grasas y prevenir la elevación del colesterol en la sangre.

 2. Precaución con el azúcar.

Para una persona diabética es fundamental limitar al máximo la cantidad ingerida de azúcares simples, es decir, los que se absorben rápidamente por el intestino, lo que provoca subidas rápidas de la glucemia. Sí está permitiendo el consumo diario de algunos azúcares de este tipo como frutas frescas, leche o algunos derivados lácteos, mientras que otros son de consumo muy eventual: azúcares refinados, miel, dulces (caramelos, turrones…), pasteles o repostería en general.

3. Modera el consumo de alcohol.

Tanto el alcohol como el tabaco son hábitos perjudiciales para la salud, y en el caso de los diabéticos pueden provocar la aparición de complicaciones cardiovasculares, neurológicas y renales. Así, debes evitar las bebidas que tienen alcohol y alto contenido en azúcar como cerveza, vinos dulces, sidras dulces o licores. Sí se pueden tomar, con moderación, las que tienen baja cantidad de azúcar: whisky, vinos y jerez secos y sidra natural, pero siempre de forma moderada.

4. Sigue un horario de comidas lo más regular posible.

Es importante realizar las comidas siempre a la misma hora, pues contribuye a un mejor control diabético. Además, hacer 5 comidas diarias (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena) ayuda a mantener el equilibrio de los niveles de glucosa en sangre.

5. Vigila tu peso.

Es muy importante evita el exceso de peso y, especialmente los diabéticos obesos, deben intentar perderlo mediante la limitación de la cantidad de calorías que consumen al día.

6. Realiza ejercicio físico habitualmente.

Para cualquier persona, la práctica de deporte conlleva varios beneficios: reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, control de peso y la tensión arterial, mejora de la fuerza y elasticidad del cuerpo, más bienestar psíquico y menos estrés. Además, para las personas diabéticas el ejercicio regular favorece la disminución de glucemia, mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a perder peso.

7. Cuidados de los pies.

Es fundamental examinarse los pies con regularidad para evitar la aparición de erosiones, infecciones y, en último término, gangrena, que puede conducir a la amputación. De hecho, las personas con diabetes corren un riesgo de amputación veinticinco veces mayor que el de una persona sana. El cuidado de estas extremidades incluye la higiene -lavarlos diariamente con agua templada y cortarse las uñas con cuidado-; el calzado -zapatos cómodos mejor que zapatillas estrechas y calcetines que no aprieten-; y evitar caminar descalzos, también dentro de casa.

8. Acude a revisiones oftalmológicas periódicas.

Los pacientes diabéticos deben comprobar de manera periódica el estado de su retina con exploraciones y exámenes del fondo del ojo, con el fin de detectar de manera precoz la retinopatía diabética, que es la primera causa de ceguera en el mundo occidental.

9. Controla regularmente tus niveles de glucemia/glucosa.

Los autoanálisis (análisis a uno mismo) realizados en cualquier momento del día aportan a los diabéticos información sobre su nivel de glucemia, lo que permite el autocontrol de la enfermedad, basado en aplicar las correcciones en la dieta, en la dosis de insulina o en el ejercicio que debe practicar. Además, mantener los niveles en parámetros normales puede retrasar o prevenir las complicaciones renales y cardiovasculares.

10. Traramiento farmacológico.

La medicación es un complemento para aumentar el efecto de la alimentación y del ejercicio; así, la insulina es la base farmacológica en las diabetes tipo 1, y distintos fármacos orales y/o insulina los son en la diabetes tipo 2. Conocer bien el tratamiento y cómo cumplirlo permitirá un mejor control de las diabetes.