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Consejos para prevenir y convivir con la enfermedad celíaca

¿Qué es la celiaquía?

La celiaquía o enfermedad celíaca no es una intolerancia o una alergia, sino que es una enfermedad crónica, sitemática (puede afectar a todos los órganos y aparatos) y autoinmune que se manifiesta en individuos genéticamente predispuestos. El gluten de algunos alimentos inflama y lesiona la mucosa del intestino delgado e impide su correcta absorción, lo que imposibilita a su vez que el organismo de las personas celiacas digiera y absorba apropiadamente los nutrientes que contienen.

El resultado es una malnutrición crónica con una deficiencia de calorías y nutrientes esenciales como proteínas, vitaminas y minerales. No se trata de una alergia, sino de una condición crónica con las características de una enfermedad autoinmune.

Seguir una dieta libre de gluten y tomar una serie de precauciones especiales en el día a día permite a las personas celíacas disfrutar de una buena calidad de vida.

1. Evita el autodiagnóstico.

No inicies una dieta libre de gluten antes de que los exámenes médicos y los tests que se practican hayan confirmado la enfermedad, porque esto podría enmascarar o retrasar el diagnóstico. La única medida preventiva que se recomienda es no incorporar alimentos con trigo en la dieta de los bebés hasta los seis meses de edad.

2. Sigue una dieta sin gluten, pero rica y variada.

Basa tu dieta en alimentos naturales y frescos que no contengan esta proteíana, como carnes, pescados, huevos, leche y derivados, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales como el maíz o el arroz.

3. Sé precavido con los alimentos elaborados.

Como norma general, debes eliminar de tu dieta los productos a granel, los elaborados artesanalmente, los que no estén etiquetados y no incluyan el listado de ingredientes, así como los alimentos envadados, porque en ellos es más difícil garantizar la ausencia de gluten o la contaminación cruzada. Ante la duda de si contendrán o no gluten, es mejor descartar esos alimentos elaborados.

4. Lee con atención las etiquetas de los productos manufacturados.

Aproximadamente, el 70% de ellos contien gluten. Por eso, lee siempre la etiqueta del producto, a que los cereales, la harina, los almidones modificados (E-1404. E-1410, E-1412, E-1413, E-1414, E-1420, E-1422, E-1440, E-1442, E-1450), los amiláceos, la fécula, la fibra, los espesantes, la sémola, las proteínas, las proteínas vegetales, el hidrolizado de proteína, la malta, el extracto de malta, la levadura, el extracto de levadura, las especias y las aromas pueden contenerlo. También resultan muy útiles los símbolos que identifican los productos libres de gluten.

5. Mantén una higiene adecuada al cocinar.

Preparar de manera inadecuada los alimentos puede generar una contaminación cruzada entre los que contienen gluten y los que no, poniendo en riesgo la salud de las personas celiacas. Para evitarla, debes manipular con precaución los alimentos, lavar y limpiar bien las encimeras, mesas y utensilios de cocina y almacenar los productos susceptibles de contener gluten separados del resto.

6. Prepara las comidas libres de gluten en primer lugar.

Por la misma razón, es recomendable cocinar las pastas con y sin gluten en recipientes separados usar distintas cucharas para revolver. Evita freír alimentos sin gluten en aceites donde previamente se hayan frito productos que sí lo contienen.

7. Consulta los ingredientes y la manipulación de alimentos al comer fuera de casa.

A la hora de acudir a restaurantes, las personas celiacas deben tener la precaución de informarse previamente sobre la forma de elaboración y los ingredientes de cada plato. Y no pasa nada si en una comida familiar o restaurante, consultas la posibilidad de llevarte tu comida en un táper.

8. Viajar sí, pero sin riesgos.

Cuando viajes, llama con antelación al establecimiento donde te alojarás para explicar tu condición de celíaco. Si te alojas con amigos o familiares, debes explicarles cómo evitar la contaminación cruzada de los alimentos. Y no está de más llevar siempre algún producto sin gluten por si no encuentras restaurantes con opciones para celíacos.

9. Presta atención a los excipientes de los medicamentos.

Algunos fármacos pueden contener gluten. harinas almidones u otros derivados en sus excipientes. No obstane, podrás saberlo siempre si consultas el prospecto, etiquetado o ficha técnica, ya que legalmente debe advertirse siempre si un producto contiene sustancias que puedan causar intolerancias o alergias. Si aun así tienes dudas, consulta con tu médico.

10. Déjate asesorar por nutricionistas y asociaciones de pacientes.

Un buen nutricionista puede ayudarte a diseñar una dieta equilibrada y variada que se adapte a tu estilo de vida. También las asociaciones de pacientes celíacos de tu comunidad pueden ser un gran apoyo: ellas podrán informarte sobre avances, listados de alimentos aptos, recomendaciones de restaurantes, etc.