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Consejos para prevenir y tratar la bronquiolitis en niños y bebés

La bronquiolitis es un proceso que puede definirse como el primer episodio de sibilancias (pitos) y dificultad respiratoria aguda en niños menores de 2 años. Se da cuando se produce una obstrucción inflamatoria en las vías respiratorias, especialmente en las vías pequeñas, llamadas bronquiolos; de ahí viene el nombre de bronquiolitis.

Se trata de una infección aguda de origen vírico y aunque puede haber varios virus implicados, como el rinovirus, influenza, parainfluenza, adenovirus o metapneumovirus, el más frecuente es el Virus Respiratorio Sincitial (VRS).

Consejos para prevenir y tratar la bronquiolitis:

1. Lávate las manos con frecuencia.

De todas  las medidas preventivas, la que más ha demostrato su eficacia frente a esta enfermedad y otras similares es el lavado de manos de forma adecuada y frecuente.

2. Mejor, en casa.

Los niños con bronquiolitis son la principal fuente de contagio para otros, especialmente durante los primeros días de la enfermedad, cuando presentan el cuadro catarral. Por eso, los niños afectados no deben ir a la guardería y se debe evitar el contacto con otros lactantes no escolarizados. Además, la mayoría de los casos de bronquiolitis son leves y se pueden tratar en casa sin medicación.

3. Lejos del foco de contagio.

Para evitar el contagio, se piensa que la distancia de más de 2 metros puede ser protectora, aunque el virus sobrevive hasta 7 horas en superficies, mientras que las secreciones de los niños afectados pueden ser contagiosas durante una semana o más.

4. Asegúrate de que tu bebé está bien hidratado.

Tras intentar prevenir el contagio, el objetivo del tratamiento de la bronquiolitis es mantener una adecuada hidratación del niño. Para ello, adminístrale líquidos y dale alimentación en pequeñas cantidades y de forma frecuente.

5. Limpia su nariz.

Sobre todo antes de las tomas (ya sea lactancia materna o biberón), realiza una correcta limpieza y desobstrucción de sus vías aéreas superior con suero fisiológico o agua de mar.

6. Mantén al bebé recostado.

Es mejor mantener al niño boca arriba, en posición semiincorporada, a 30º y con el cuello extendido, porque esta postura le ayudará a respirar mejor.

7. Controla su temperatura.

Ponle el termómetro para tomarle la temperatura varias veces a lo largo del día y usa los antitérmicos indicados por el pediatra en caso de que los precise.

8. Evita los irritantes ambientales.

Aleja a tu hijo de los ambientes secos o muy cargados con la contaminación ambiental, humo de cigarrillos o incluso productos de limpieza, e intenta huir de las aglomeraciones.

9. Vigila si empeora.

Permanece atento y observa si presenta signos de empeoramiento como mayor velocidad al respirar o dificultad para hacerlo, llegando, incluso, a dejar de respirar durante unos segundos; palidez o mal color; lloros continuos y estado general agitado; rechazo del alimento o vómitos. En estos casos, acude a urgencias lo antes posible.

10. Infórmate para saber cómo actuar.

Una información adecuada es fundamental para evitar complicaciones y saber en cada comento dónde acudir para solicitar atención sanitaria.