Gastroenteritis en niños consejos para tratarla

Gastroenteritis en niños consejos para tratarla

La gastroenteritis consiste en la inflamación de la pared o revestimiento que cubre el estómago y de los intestinos. Esta hinchazón se traduce en la aparición de diarrea, normalmente de inicio brusco, y que puede ir acompañada de vómitos, fiebre o dolor abdominal.

La duración de esta dolencia es variable, ya que suele curarse por sí sola en unos pocos días, aunque puede prolongarse hasta dos semanas.

Se trata del trastorno digestivo más frecuente en niños y, según la Asociación Española de Pedriatría (AEP), causa de muchos ingresos hospitalarios y de pérdida de días de colegio.

No suele ser una patología grave, al menos en nuestro entorno, pero sí muy habitual en niños menores de 5 años.

La causa de la gastroenteritis suele ser una infección, ya sea bacteriana, vírica o, en menos ocasiones, por un parásito intestinal.

Otras causas, como las infecciónes fuera del aparato digestivo (otitis o infecciones del tracto urinario en los primeros meses de vida) u otras de origen no infeccioso (intolerancias alimentarias, tóximos u otras enfermedades), también pueden provocar diarrea, pero son mucho menos frecuentes.

Por lo general los rotavirus son los principales causantes de la gastroenteritis en niños menores de dos años y la primera causa de hospitalización en menores de cinco años.

Las pautas para tratar las gastroenteritis en niños serían las siguientes:

- Hidrátale en cantidad adecuada, pero poco a poco.

Durante los episodios más agudos de la enfermedad, asegúrate de que tu hijo repone los líquidos y sales que está perdiendo, pero no le hagas beber demasiado de golpe, pues puede provocarle nuevos vómitos.

- Apuesta por las soluciones de rehidratación y evita las bebidas isotónicas.

Tomar sueros de rehidratación oral cada poco tiempo constituye una buena opción para evitar la deshidratación del niño. En cambio, las bebidas isotónicas están pensadas únicamente para adultos durante la práctica deportiva, por lo que no son recomendables en casos de gastroenteritis infantil.

- Inicia su alimentación habitual en cuanto sea posible.

El niño debe comer en cuanto tenga apetito,  no es necesario ningún periodo de pausa o ayuno ni una dieta astingente. Por eso, ofrécele alimentos de su dieta habitual que le resulten apetecibles e irá pidiendo más comida a medida que se vaya sintiendo mejor. Los únicos alimentos desaconsejados son los que contienen demasiada grasa o azúcares. No olvides continuar con la hidratación entre las comidas o tomas.

- No dejes de darle el pecho o el biberón.

Si el niño todavía es lactante, debe seguir tomando el pecho; incluso puedes aumentar la frecuencia de las tomas y hacerlas más cortas. Si toma biberón, no necesitas cambiar la fórmula ni rebajar su concentración. Y si toma papillas y purés, puedes seguir con su alimentación habitual.

- Vigila ciertas señales de deshidratación.

Sabrás si tu hijo está deshidratado si tiene los labios y la boca secos, lleva mucho tiempo sin orinar  tiene los ojos hundidos. En bebés pequeños, que la parte blanda que tiene en la parte superior de la cabeza está hundida también es un signo de deshidratación. Además, pueden mostrarse faltos de energía, como aletargados.

- Consulta a tu médico sobre los probióticos.

Tu médico o farmacéutico pueden recomendarte probióticos para ayudar a repoblar la flora intestinal y acortar algo la duración de la diarrea, de forma que el niño se recupere antes.

- Evita las medicinas, a no ser que te lo indique el pediatra.

No existe medicación específica para la gastroenteritis vírica; los antibióticos no son efectivos y pueden alargar la duración de la diarrea. Siguiendo las indicaciones de tu médico, puedes dar a tu hijo antipiréticos para aliviar la fiebre. Pero no es necesario, salvo indicación específica, el empleo de antieméticos (fármacos para controlar el vómito) y antidiarreicos.

- Máxima higiene para prevenir el contagio.

Enseña a tu hijo a lavarse las manos cuidadosamente con agua tibia y jabón, durante, al menos quince segundos, después de ir al baño y antes de comer. Por su parte, procura predicar con el ejemplo y hacer lo mismo frecuentemente, sobre todo después de ir al servicio, tras cambiar los pañales o asear a tu pequeño y antes de cocinar y comer. Y tras un episodio de vómitos o diarrea dentro del hogar, limpia y desinfecta inmediatamente las superficies que se hayan podido contaminar, pues el contacto directo puede producir el contagio.

- No lo lleves a la escuela hasta que esté mejor.

Aunque es mejor no limitar la actividad del niño y, pese a la mayoría de las gastroenteritis en nuestro entorno son leves, espera a que se encuentre mejor para llevarlo al colegio o la guardería, pues hasta entonces puede contagiar a sus compañeros.

- Acude al pediatra si observas ciertos síntomas.

Pese a que la mayoría de los casos de gastroenteritis infantil ceden por sí solos a los pocos días, si aprecias signos de deshidratación en el niño, si presenta fiebre alta o no cede o si ves sangre en sus deposiciones, debes acudir inmediatamente al médico con tu hijo.