Vértigos consejos para aliviar los síntomas

Vértigos consejos para aliviar los síntomas

El vértigo no es sinónimo de mareo

Aunque a menudo se describa como una especie de mareo, sufrir vértigo tiene otras connotaciones: se trata de un síntoma que se caracteriza por una sensación ilusoria de movimento, producida por una pérdida o una alteración de la orientación espacial, y que normalmente tiene su origen en las estructuras del oído. Es decir, el movimiento no es real, pero lo percibimos como tal.

La palabra vértigo procede del término latino vertere, que significa dar vueltas, dicha sensación puede ser del balanceo, de rotación o de desplazamiento y quien la padece puede sentir que este movimiento afecta a su propio cuerpo o a lo que le rodea. Por ejemplo, le puede parecer que está girando sobre sí mismo, que el suelo que está pisando se inclina o que la estancia en la que se encuentra gira. 

Se trata de un trastorno que, aunque la mayoría de las veces no es grave, resulta muy incapacitante y puede mermar mucho la calidad de vida de la persona que lo sufre. Con frecuencia, obliga a faltar al trabajo, a interrumpir las tareas cotidianas y a permanecer en el hogar cuando aparece.

En el caso de sufrir episodios de vértigos, es recomendable tomar las siguientes precauciones:

1. Acuéstate inmediatamente.

Cuando aparezcan los síntomas, trata de no moverte y túmbate de inmediato. No intentes leer, mirar el móvil o realizar cualquier otra actividad.

2. Mejor, un ambiente relajado.

Recuéstate mejor en una habitación tranquila, en la que no haya luces intensas o demasiado brillantes.

3. Ten mucha precaución al caminar.

Las probabilidades de caída son altas durante un episodio de vértigo. Si es necesario, pide ayuda a un familiar o amigo para desplazarte.

4. Mueve la cabeza despacio.

Hazlo con mucho cuidado, con el fin de no exacerbar los síntomas, no importa qué actividad estés realizando.

5. Evita cambios bruscos de posición.

Por ejemplo, al levantarte de la cama, presta mucha atención: enciende la luz y, antes de incorporarte, quédate unos minutos sentado o sentada al borde del colchón.

6. Intenta relajarte.

Controlar la ansiedad es importante para que los síntomas no se agraven.

7. Una vez los síntomas remitan, reanuda la actividad poco a poco.

No tengas prisa por volver a tu ritmo habitual. También es recomendable que evites conducir o actividades deportivas o laborales que puedan suponer un riesgo hasta al menos una semana después. Por ejemplo, manejar maquinaria pesada o escalar.