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Alergenos del hogar

Todas las alergias provocan unas sustancias conocidas como alérgenos. Cada año, millones de personas sufren de síntomas alérgicos de temporada como congestión, goteo nasal, y lagrimeo. Sin embargo, muchos también sufren de algergias perennes, que producen síntomas todo el año. Las alergias perennes se deben a alérgenos de ambientes interiores como los ácaros del polvo o el pelo de los animales. Las medidas de control del ambiente interior deben enfocarse hacia los sitios donde se acumulan los alérgenos.

Los ácaros del polvo se hallan en toda la casa, pero prosperan especialmente con alto nivel de humedad. Los síntomas de la alergia a los ácaros del polvo pueden incluir congestión o goteo de la nariz con estornudos, picazón y lagrimeo de los ojos, tos y silbido al respirar.

Para reducir los ácaros del polvo, es importante controlar la humedad a menos del 50% en toda la casa usando un deshumidificador o aire acondicionado. Las alfombras y moquetas deben evitarse, siendo los suelos de madera o baldosa mejores par los alérgicos.

Los dormitorios pueden acumular gran número de alergenos, por este motivo es esencial reducir los niveles de ácaros aquí. Se deben guardar los colchones y almohadas en fundas herméticas, pláticas o de tela especial anti-alérgenos. La ropa de cama también debe lavarse y secarse semanalmente. Evite usar el cuarto donde duerme como biblioteca o estudio, y pase la aspiradora de forma asidua para ayudar a eliminar estos ácaros del polvo.

Los síntomas de la alergia a algún animal puede incluir estornudos, picazón y goteo de la nariz, picazón e inflamación de los ojos y la garganta. Generalmente, los síntomas se producen rápidamente, incluso poco minutos después de haberse expuesto al animal. Para algunas personas, los síntomas pueden acumularse e intensificarse durante las 8 a 12 horas siguientes al contacto con el animal. La manera más eficaz de combatir los síntomas de la alergia animal es sacar a la mascota de la casa y evitar, o al menos reducir, todo contacto.

Recuerde por último que, aunque sienta la tentación de airear la casa, si abre las ventanas puede dejar entrar otros alérgenos exteriores como el polen. También debe saber que los alérgicos y asmáticos deben evitar otros irritantes presentes en el aire, como el humo del tabaco, los aerosoles, las pinturas, los perfumes o los productos de limpieza, entre otros.