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Autismo en niños, consejos para convivir con este trastorno

El Autismo es un Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por alteración de la interacción social y de la comunicación (tanto verbal como no verbal) y por el comportamiento restringido y repetitivo; es decir, trastornos neurológicos que afectan de por vida a la persona en distintas áreas del desarrollo, en la percepción del medio y de sí misma.

El autismo se manifiesta en alteraciones en tres áreas: alteraciones de las relaciones sociales, de la comunicación y el lenguaje; existencia de un patrón de conductas estereotipadas; y restricción de intereses.

Consejos para convivir con el autismo.

Conocimiento del trastorno.

Cuando el niño y la familia han recibido el diagnóstico, es necesario un trabajo de formación sobre el TEA para que, especialmente los padres, sean conscientes de qué es y qué implica convivir con ello.

Establece una rutina.

Los niños con este trastorno necesitan mantener unos horarios regulares y muy estructurados en todo momento. De hecho, muchos de ellos no llevan bien que se interrumpan esas rutinas o se produzcan cambios, lo que puede ocasionarles disgustos, confusión o ansiedad.

La anticipación es muy importante.

En línea con los horarios y la rutina, el niño debe saber con antelación qué es lo que va a hacer ese día o qué va a pasar cuando vaya a un sitio. Por eso, prepara agendas visuales de los próximos planes o actividades y enseña con tiempo al niño a gestionar situaciones sociales nuevas y, si es necesario, de forma visual.

Busca su contacto ocular.

Siempre que haya que decirle algo, debemos intentar que nos mire a los ojos. Para asegurarte de que te escucha, siempre agáchate y ponte a su altura para hablarle. Los niños con autismo tiene dificultad en mirar y oír a la vez, por eso es tan importante que establezcan contacto contigo de alguna manera.

Usa siempre apoyos visuales.

Ellos no aprenden como el resto de niños, sino que precisan apoyos visuales, incluso en los juegos. Utilízalos para pautar sus tareas o para afianzar ideas.

Gestiona las rabietas.

Los momentos de enfado o disgusto pueden ocurrir en cualquier momento, y cuando esto suceda, debes tener preparado en casa un espacio tranquilo, con algún juguete preferido y cojines, para gestionar y sobrellevar adecuadamente las rabietas.

Ten muchísima paciencia.

Las personas con autismo tardan en responder a cualquier pregunta. Es mejor darles tiempo y no insistir, porque esto puede llevarnos a la frustración, tanto del niño como del adulto. Además, recuerda que este trastorno es un carrera a largo plazo y  puede resultar muy cansada para todos.

Realiza un trabajo constante.

Todo este trabajo y la intervención terapéutica que se realice desde la familia, centro terapéutico, centro escolar u otros profesionales, debe ser diaria y muy regular. Como padre, céntrate en lo que queréis mejorar y no dejes de formarte en cómo hacerlo.

No pongas límites a su evolución.

Este trastorno evoluciona de muy diferente manera en cada niño. Mantén una actitud abierta.

Prepara a tu entorno.

Informa a las personas cercanas del trastorno que sufre tu hijo, de cómo y qué puede ocurrirle en reuniones sociales con demasiada estimulación sensorial para que su reacción no suponga más dificultades.