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Conjuntivitis consejos para aliviar esta afección

La conjuntivitis consiste en la inflamación de la conjuntiva, ese tejido fino y transparente que cubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo. La conjuntiva, que contiene pequeños vasos sanguíneos, produce una sustancia viscosa para mantener húmeda y protegida la superficie del ojo. Cuando esta membrana mucosa se inflama, los vasos sanguíneos se hacen más grandes y visibles, lo que otorga al ojo un color rosado o rojizo, y puede provocar molestias, una mayor producción de legañas, etc. Estos signos de conjuntivitis pueden producirse en ambos ojos o sólo en unos de ellos.

Si bien la conjuntivitis es una afección leve y no suele provocar daños importantes, sí es importante tomar precauciones cuando se contrae, ya que la mayor parte de los casos son contagiosos.

El tratamiento de esta afección del ojo varía también en función de la causa que lo provoca, pero en general está enfocado a paliar los síntomas y prevenir complicaciones y contagios. 

En el caso de la conjuntivitis vírica, es importante realizar lavados frecuentes del interior del ojo con una lágrima artificial -pequeños envases desechables de suero fisiológico- y aplicar compresas frías para disminuir la inflamación. Los antibióticos son útiles únicamente frente a la conjuntivitis bacteriana, por lo que el profesional puede recetarlos en este caso en forma de colirio o pomada para los ojos, además de la utilización de suero fisiológico y compresas frías para paliar la sequedad.

En el caso de variantes más graves de conjuntivitis alérgicas como tóxicas o irritativas, es necesario evitar la exposición a los agentes externos que provocan la inflamación. Para la primera, el especilista puede prescribir también colirios antihistamínicos o ciclos cortos de corticoides. 

La conjuntivitis víricas y bacterianas se transmiten con suma facilidad, por lo que tener en cuenta ciertas medidas de higiene evitará la progagación de la enfermedad, tanto en el caso de que nosotros padezcamos esta afección como si estamos en contacto con otra persona que la padece:

1. Lávate a menudo las manos con agua tibia y jabón.

O en su defecto, con un limpiador para manos que contenga al menos un 60% de alcohol.

Esta operación debe repetirse tras haber estado en contacto con una persona enferma o con cosas que haya usado.

2. Evita tocarte o restregarte los ojos.

Además de que no aliviará el picor, sólo lograremos extender los viros y bacterias que han causado la infección. a la hora de limpiar las secreciones, debemos lavarnos las manos primero y luego usar algodones, pañuelos o gasas desechables que tiraremos a la basura, y al terminar, nos lavaremos de nuevo las manos.

3- Lávate los ojos con lágrima artificial o envases individuales de suero fisiológico puede reducir el escozor y las molestias que produce la conjuntivitis. Si es necesario, usaremos más de una dosis de suero, con el fin de eliminar todas las secreciones. Nunca usaremos el mismo envase para el ojo sano y el infectado.

4. Lava la ropa de cama y toallas en agua caliente con detergente.

Después de meter la funda de almohada, sábanas y toallas en la lavadora, también hay que lavarse las manos; así eliminaremos cualquier rastro de bacterias o virus, tanto de los textiles como de nuestra piel.

5. No compartas determinados objetos con personas afectadas.

Hay artículos que deben ser personales: toallas; sábanas, fundas de almohada o las gafas.

En caso de una conjuntivitis no es aconsejable maquillarse los ojos, y también hay que tener cuidado si usamos maquillaje en el rostro, porque estos pueden contaminarse.

6. Manipula las lentes de contacto siguiendo las indicaciones.

Las lentes de contacto pueden originar conjuntivitis y debes consultar con tu médico para saber si durante un episodio de conjuntivitis puedes usar tus lentillas. En cualquier caso, es muy probable que se hayan contagiado si las has usado los días previos. Es muy importante limpiar las lentes de contacto de uso prolongado adecuadamente para que no acumulen bacterias. Además, tras una conjuntivitis, debemos deshacernos de las lentes desechable que hayamos utilizado durante la infección, así como de la solución limpiadora e incluso a veces también del estuche para las lentes.

7. Aléjate de los alérgenos.

Si nos han diagnosticado alguna conjuntivitis alérgica, procuraremos mantenernos alejados de las fuentes de alérgenos y si es de origen al polen, usaremos gafas de sol.

8. No acudas a centros deportivos ni te metas en la piscina.

Durante los días o semanas en los que padezcamos conjuntivitis, debemos abstenernos de acudir a lugares donde aumenten las posibilidades de propagar la infección, tanto por contacto físico directo como por el uso de instalaciones comunes.

9. Los niños, mejor en casa.

Debido al estrecho contacto que los pequeños mantienen entre sí cuando juegan o están en clase, el riesgo de propagación de la infección es muy alto. El especialista puede orientarnos en este sentido.

10. Evita la automedicación y acude al oftalmólogo.

Algunos de los tratamientos más comunes pueden ser perjudiciales o no adecuados para según qué tipos de conjuntivitis u otras patologías con síntomas similares. El oftalmólogo diagnosticará el tipo de inflamación que sufrimos y nos prescribirá un tratamiento tópico con colirios antibióticos o pomadas antibacterianas, que se aplican en los ojos después de lavarlos y limpiar la secreción de los párpados con agua hervida o suero salino. Se debe acudir al oftalmólogo si el enrojecimiento del ojo empeora, aparece dolor, aumenta la sensibilidad a la luz o la visión se vuelve borrosa y no se corrige al ponerse las gafas o al parpadear de manera repetida.