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Consejos contra la acidez de estómago

La acidez estomacal es una sensación de ardor o quemazón en la parte inferior del pecho debajo o detrás del esternón, que en ocasiones se irradia hasta el cuello o la garganta y puede llegar acompañada de un sabor agrio y amargo.

Se produce cuando la abertura o anillo muscular que separa el estómago y el esófago (el tubo muscular que transporta los alimentos y líquidos de la boca al estómago) no se cierra por completo tras el paso de los alimentos. En consecuencia, una cantidad excesiva de ácidos del estómago la atraviesan y pasan al esófago -es lo que se conoce como rejlujo gastroesofágico, y como resultado, este se irrita y se produce la acidez. 

Con frecuencia, esa sensación de quemazón, que puede durar desde algunos minutos hasta varias horas, se produce después de una comida copiosa o mientras se está acostado o inclinado. No se trata de una dolencia grave y la mayoría de las personas las experimentan alguna vez en su vida, pero también puede producirse de manera frecuente (dos o más veces por semana). Es entones cuando se habla de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).

 Consejos para controlar la acidez de estómago:

– Vigila lo que comes.

Es muy importante que aprendas a reconocer qué alimentos te provocan ardor de estómago, para evitarlos. En general no consumas chocolate, café, menta, hierbabuena, cítricos, alimentos graso o picantes o productos a base de tomate o con vinagre.

– Y cuida cómo lo comes.

Trata de evitar las comidas copiosas, ya que un estómago lleno ejerce una presión tal que puede provocar que el alimento sea devuelto al esófago. en cambio, como con mayor frecuencia, pero menos cantidades. No tomes los alimentos demasiado calientes ni demasiado fríos y, tras las comidas, masca un chicle sin azúcar, pues la saliva neutraliza el ácido.

– Apuesta por determinados alimentos.

Existen algunos remedios o alimentos que ayudan a disminuir la acidez: la manzana tras una comida copiosa, o las almendras crudas, que pueden ayudarte a equilibrar tu pH.

– Pierde algunos kilos, en caso de que padezcas sobrepeso.

La obesidad aumenta la presión abdominal, lo que puede provocar los reflujos gastroesofágicos y la consiguiente acidez. Acude a un nutricionista, si es necesario.

– Elimina de tu vida el tabaco, el alcohol y la cafeína.

Estas sustancias agravan la acidez. En su lugar, puedes tomar infusines de camomila, o fenogreco, que la alivian, o tomar medio vaso de agua con una cucharada de bicarbonato sódico después de las comidas fuertes.

– No te acuestes nada más comer.

Programa tus cenas para dos o tres hora antes de irte a la cama y no te eches la siesta tras la comida del mediodía. Además, evita agacharte o practicar ejercicio físico con el estómago lleno.

– Eleva la cabecera de la cama.

Una inclinación de unos quince centímetros reduce la posibilidad de que el contenido del estómago vuelva al esófago. Para ello, puedes poner unos libros o bloques de madera bajo las patas de la cama o una almohada con forma de cuña bajo el colchón. Dormir con almohadas extra no es una medida eficaz, porque pueden moverse durante la noche.

– Controla el estrés.

Aprende a relajarte y a afrontar los problemas e imprevistos con calma. Disciplinas como el yoga, el tai-chi o la meditación o la actividad física pueden ayudarte.

– Lleva prendas de ropa holgadas a la altura del abdomen. 

Sobre todo, evita los cinturones o pantalones demasiado ceñidos alrededor de la cintura, pues pueden dificultar la digestión.

– Acude al profesional sanitario cuando sea necesario.

Tu médico te recomendará antiácidos o sales para ayudarte a aliviar el dolor acasional, pero si necesitas recurrir a ellos más de dos veces a la semana, debes acudir al médico con el fin de descartar o controlar otras dolencias más graves.