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Consejos para prevenir los ataque de gota

Uno de los ejes del tratamiento de la gota es la adquisición de hábitos saludables en el día a día, sobre todo en el ámbito nutricional. Entre ellos, destacan los siguientes:

1. Alcanza y mantén un peso saludable.

Bajar de peso reduce los niveles de ácido úrico y el riesgo de ataques de gota, además de rebajar la tensión que sufren las articulaciones. Para conseguirlo, intenta realizar ejercicio físico de manera regular y, si es necesrio, ingerir una menor cantidad de calorías. Ponerte en manos de un nutricionista puede orientarte sobre tus necesidades en este sentido.

2. Cambia las proteínas y azúcares por la dieta mediterranea.

Para prevenir la hiperuricemia, es conveniente que moderes tu consumo de carnes y mariscos ricos en proteínas, así como de azúcares refinados (pan blanco, pasteles, dulces, bebidas edulcoradas como algunos refrescos…). En cambio, intenta consumir más frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos y legumbres.

3. Huye de los alimentos ricos en purinas.

Si sufres riesgo de padecer gota a tus niveles de ácido úrico son ya elevados, deberías excluir o reducir el consumo de vísceras (riñón, mollejas…) y carne roja y de raza.

Tampoco te convienen algunos tipos de marisco y pescado azul (anchoas, arenque, sardinas, mejillones, vieiras, trucha, eglefino, caballa y atún).

4. Pero no de las hortalizas y verduras.

Diversos estudios indican que, aunque tengan un alto contenido de purinas, los vegetales no aumentan el riesgo de padecer gota ni los ataques agudos recurrentes. Por este motivo, puedes incluir en la dieta espárragos, espinacas,guisantes, coliflor y champiñones.

5. Apuesta por la vitamina C.

Esta puede ayudar a reducir el nivel de ácido úrico en la sangre, por lo que conviene, en caso de riesgo, tomar cítricos ricos en este nutriente como la naranja, el kiwi o la mandarina. También puedes consultar a tu médico la posibilidad de tomar suplementos diarios. Otros alimentos o sustancias asociados a un menor riesgo de ataques de gota son las cerezas, la cafeína -que se deben tomar siempre con moderación- y los lácteos desnatados.

6. Sí al agua, no al alcohol.

Consulta con tu médico acerca de cuál es el consumo de líquido más adecuado para ti. En general, procura tomar, al menos, entre diez y doce vasos al día de agua (unos dos litros diarios), especialmente si sufres cálculos renales de urato. En cambio, sería recomendable reducir el consumo de cerveza (con y sin alcohol) y de bebidas alcohólicas de alta graduación, porque aumentan la producción de ácido úrico y producen deshidratación.

7. Controla periódicamente tu nivel de ácido úrico.

Si sufres mayor riesgo de desarrollar gota, es muy importante que te realices análisis de sangre con regularidad para prevenir y detectar posibles hiperuricemia. Tu médico te indicará la frecuencia necesaria.

8. Controla periódicamente tus niveles de colesterol, tensión o azúcar en sangre.

Dado que cada vez hay más evidencias que demuestran que la gota se asocia a enfermedades cardiovasculares es muy importante que vigiles los factores de riesgo asociados: niveles de colesterol, tensión arterial y azúcar en sangre. Y también, abandona el hábito de fumar.

9. Sigue fielmente el tratamiento pautado por el médico.

Si, como es muy habitual en estos casos, además precisas un tratamiento farmacológico prescrito por el médico, no olvides tomarlo. Responsabilízate de entender para qué sirve cada fármaco y las situaciones en que se toman en relación con tu enfermedad, así como los posibles efectos secundarios y qué debes hacer si tienes algún problema. Consulta tus dudas al profesional sanitario.

10. Ten paciencia.

La gota es de las pocas enfermedades reumatológicas que se curan. Aunque es un proceso que puede durar años, si los niveles de ácido úrico se mantienen bajos el tiempo suficiente, los cristales tenderán a disolverse. Y sin cristales, no hay gota y la enfermedad se cura.