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Consejos para prevenir y tratar las hemorroides

Las hemorroides son estructuras venosas situadas en el canal anal que por distintas causas se dilatan e inflaman, convirtiéndose en varicosidades (similares a las varices en las piernas), que pueden resultar dolorosas. Las hay internas o externas, y de mayor o menor tamaño.

La causa más frecuente de las hemorroides suelen ser el estreñimiento, ya que el esfuerzo realizado durante la defecación aumenta la presión sobre éstas.

Así mismo, la herencia genética, el esfuerzo sobreabdominal causado por el embarazo y la edad avanzada constituyen factores de riesgo de esta enfermedad, sobre los que no podemos acturar. Sin embargo, también hay hábitos que aumentan la probabilidad de padecer hemorroides y que podemos controlar o tratar de reducir, como el sedentarismo; la ingesta de especias, grasas, picantes o alcohol; y el sobrepeso.

En los síntomas leves suelen ser molestias como el picor o prurito anal, inflamación de la piel, ardor, dolor, o pequeños sangrados asociados a las deposiciones.

En los síntomas graves, las masas carnosas salen al exterior y llegan a permanecer fuera del esfínter la mayor parte del día, lo que puede resultar muy doloroso.

 Sólo con adoptar hábitos dietéticos e higiénicos adecuados, pueden evitar la aparición de hemorroides, o aliviarlas cuando ya estén presentes.

– Olvida la vergüenza y consulta a tu médico cuanto antes.

De esta manera podrá realizar un diagnóstico exacto de la dolencia y determinará el tratamiento adecuado. Sólo en estadios avanzados y con síntomas graves es necesaria la cirugía.

– Sin prisa, pero sin pausa.

Con el objetivo de evitar los sobreesfuerzos, es importante que adoptes hábitos saludables en el cuarto de baño, como evitar reprimir el deseo de defecar o permanecer demasiado tiempo en el retrete.

– La fibra, tu gran aliada.

El objetivo para evitar el estreñimiento y el endurecimiento de las heces, y con ello la aparición de hemorroides, es realizar al menos una deposición al día. Para lograrlo, si eres una persona proclive a padecir hemorroides, debes aumentar la cantidad de fibra que ingieras, añadiendo a tu dieta diaria productos integrales, frutas frescas (a ser posible, con la piel) y verduras.

– Productos «prohibidos».

Resulta crucial que evites los picantes, grasas y especias, así como aquellos alimentos que puedan producir gases, como las legumbres. Así mismo, debes moderar el consumo de arroz, azúcares, caramelos y quesos curados, que endurecen las heces dificultando su expulsión.

– Bebe líquidos en abundancia.

Te recomendamos al menos dos litros diarios, ya que una correcta hidratación favorece las digestiones y la evacuación. Agua, infusiones, zumos, caldos de verduras, etc.

– Realiza un poco de ejercicio físico.

Si luchas contra el sedentarismo, agilizarás el tránsito intestinal. Caminar, correr o nadar constituyen excelentes opciones.

– Acolcha el asiento y descansa caminando.

En el caso de que el trabajo te obligue a estar mucho tiempo sentado, para aliviar la presión sobre la zona, te recomendamos utilizar un pequeño cojín o almohada sobre la silla. Así mismo, tu organismo agradecerá que descanses de esta posición dedicando unos minutos cada hora a caminar.

– Cuida la higiene anal.

Debes evitar el rascado de las hemorroides, para lo cual puedes sustituir el papel higiénico por toallitas húmedas, que son más delicadas con la zona. Además, después de ir al baño, has de limpiar la zona con agua tibia y un jabón neutro, y secar realizando pequeños toques con una toalla. No obstante, el exceso de lavado puede hacer desaparecer el manto graso natural de la piel anal, por lo que te recomendamos usar una pomada antihemorroidal o vaselina para evitar las irritaciones. También remedios naturales como las compresas con manzanilla pueden resultar beneficiosos.

– Cremas y supositorios.

Si sufres a la hora de evacuar, puedes encontrar alivio en el uso de pomadas y supositorios desinflamantes. Aunque estos se venden sin receta, no debes usarlos sin control médico y, en cualquier caso, no debes prolongar su uso más de una semana, ya que a menudo contienen cortisona. Consulta a tu farmacéutico al respecto.

– La temperatura, un anestésico natural.

Si el dolor es muy intenso, siempre queda la opción de aliviarlo con secuencias de calor-frío: se deben aplicar hielo o compresas frías y alternarlos luego con baños de asiento calientes.