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Los trastornos del sueño

Es normal que cueste conciliar el sueño o despertarse varias veces durante la noche rompiendo el ciclo.

El sueño es una actividad reparadores que nuestro organismo necesita para que nuestro cuerpo funcione de manera adecuada. Los trastornos del sueño no son una enfermedad grave, sin embargo, las consecuencias de no tener de manera habitual un sueño adecuado  si pueden serlo: cansancio, dificultad para concentrarnos, irritabilidad, agotamiento físico, etc.

¿Por qué se producen?

Existen diferentes trastornos del sueño y dependiendo de la edad es más probable que se produzcan unos y otros. Los podemos clasificar en dos grupos:

Disomnias: son alteraciones en la cantidad y calidad del sueño, como insomnio, hipersomnia, trastornos del ritmo sueño-vigilia, miedo a dormir. Este tipo de alteraciones se producen habitualmente durante la adolescencia o la edad adulta.

Parasomnias: son alteraciones que aparecen durante el sueño como las pesadillas, los terrores nocturnos, el bruxismo, sonambulismo y enuresis. Son más comunes durante la infancia o la adolescencia.

El origen de estas alteraciones es muy variado, a veces es debido a la existencia de otras patologías, en ocasiones por está tomando algún tratamiento farmacológico que lo provoque, por problemas respiratorios, etc. Pero una de las causas más frecuentes, cuando no tiene origen patológico, es el estrés y la ansiedad.

El confinamiento ha causado mucho estrés tanto en niños como en adultos. El cambio de rutinas, la angustia por poder enfermar, la ansiedad por la nueva situación laboral, la sobrecarca de tareas -casa, trabajo, niños-, no poder salir de casa, ni ver a familiares o amigos, ha generado una sobrecarga emocional sobre todos. Y más aún en las personas mayores puesto que el virus les ataca con mayor agresividad. Es normal que los niños tengan pesadillas por las noches o se les vuelva a escapar el pis, que a los adultos les cueste conciliar el sueño o que se despierten varias veces durante la noche rompiendo el ciclo.

Recomendaciones para mejorar la calidad del sueño.

Lo normal es que cuando termine esta crisis ocasionada por el virus los trastornos desaparezcan, pero mientras tanto podemos aplicar una serie de rutinas para mejorar el sueño.

Mantener los horarios habituales: es bueno seguir con las rutinas en los horarios, es decir, levantarse a la misma hora  tanto los adultos como los niños, establecer horarios de trabajo y estudio, horas de comida e irse a la cama a la misma hora todos los días.

Diferencias entre diario y los fines de semana: al igual que en la situación habitual se deben tener actividades diferentes los fines de semana. Es decir, no es bueno estudiar o trabajar 7 días a la semana, la mente necesita descansos.

Cámbiate de ropa: levantarse de la cama y estar todo el día en casa con el pijama no es una buena rutina. Nuestro cuerpo necesita interpretar que estamos realizando actividades diferentes.

Luz del sol: para que nuestro cuerpo sienta cuándo es de día y cuando es de noche, es recomendable que no de el sol, bien porque salgamos de paseo, a hacer compra o porque sacamos la cara por la ventana. Además de todos los beneficios que nos puede aportar el sol a nivel orgánico, los rayos del sol activan nuestras neuronas y ponen el cerebro en marcha.

Ejercicio: hay que realizar actividad física diaria, esta puede ser intensa o no, depende de nuestras necesidades. Mantener el cuerpo activo ayuda a mantener la mente sana. No obstante, es mejor hacer este ejercicio antes de las 6 de la tarde.

Alimentación: cuida la alimentación, una dieta equilibrada evita digestiones pesadas y ayuda a conciliar el sueño. Intenta cenar dos horas antes de irte a acostar y evita las comidas y bebidas excitantes.

Dispositivos electrónicos: la luz que emiten las pantallas como el smartphone, tablet u ordenador alteran los ritmos del sueño si se usan a última hora del día. Si los niños o adolescentes suelen utilizarlos es mejor que por la tarde jueguen con otras cosas o lean libros.

Y por supuesto, si tienes problemas para conciliar el sueño, es mejor evitar las siestas.